A muchos de nosotros nos gusta la idea de comprar alimentos sustentables y cuya producción esté en línea con nuestros valores. Si bien en la teoría esto puede parecer algo simple de hacer, en la práctica a veces se complica el panorama ya que muchas veces no sabemos qué hace que un alimento sea sustentable y otro no.
Aunque esta materia da para mucho, la idea de este post es simplificar el dilema y ayudarlos a tomar mejores decisiones de consumo a la hora de comprar alimentos. En mi visión, la comida sustentable es aquella que es producida por agricultores y ganaderos que cuidan de la salud de sus animales y la tierra. Los productos son de origen local y estacional, se compran directamente a granjas familiares o cooperativas agrícolas y su procesamiento es mínimo. En otras palabras son alimentos buenos para el medio ambiente, las personas que los cultivan y las personas que los comen, y sobre esa premisa es que voy a elaborar este artículo.
Una forma fácil y rápida de distinguir este tipo de alimentos en el retail es por medio de las certificaciones de sustentabilidad y sus etiquetas, las cuales son un buen punto de partida pero no el fin del camino. Personalmente creo que las etiquetas proveen información parcial: te indican un resultado, pero no nos hablan ni del proceso ni de la filosofía que hay detrás de la producción.
Para mi ese proceso y esa filosofía es fundamental, y con los años he aprendido que la única manera de entender qué tan sustentables son los alimentos que compramos es preguntando e indagando. Mientras más preguntas hagamos, más relevantes se vuelven estos temas a nivel de productores y consumidores, y así poco a poco entre todos le vamos dando forma a un nuevo sistema alimentario.
Para ayudarlos en este proceso he formulado una lista de preguntas que pueden ser de utilidad a la hora de comprar diferentes alimentos, desde frutas y verduras hasta carnes, lácteos, huevos y pescados. Pero primero, vamos por parte.
Paso 1: Identifica tus valores
Este es un primer paso importante. Tómate un tiempo y considera cuáles son los factores más relevantes para ti a la hora de comprar, y deja que estos te vayan guiando hacia las preguntas que quieras hacer.
Si para ti el bienestar animal es lo más relevante, sabes que tendrás que poner mucho ojo a la hora de comprar productos de origen animal como carne, huevos, lácteos, etc. Pero si para ti lo orgánico es lo más importante, quizás estés dispuesto(a) a sacrificar aspectos como la estacionalidad o la producción local, por asegurar que toda tu compra cumpla ese requisito.
Lo mismo es cierto del término «local». La distancia del campo a la mesa por sí sola, no es un indicador suficiente para definir si algo es local o no. Sin duda que los kilómetros recorridos (o food miles) son un elemento importante, pero el consumo local no está definido sólo por la cantidad de kilómetros que te separan de ese alimento, sino más bien por el ecosistema que se genera en torno a la producción de ese alimento.
Paso 2: Prepara el momento para hacer tus preguntas
Según los valores que hayas identificado como prioritarios en el paso anterior, prepara un set de preguntas para hacerles a los productores. Si no los conoces directamente, o no puedes ir a verlos al campo o su punto de venta, siempre puedes usar los canales tradicionales de comunicación como el teléfono, el correo electrónico o las redes sociales.
Es bueno partir la conversación explicando que para ti como consumidor es importante que tus valores se reflejen a la hora de la compra, y por lo tanto tu interés en saber más del producto tiene que ver con eso, y que en ningún caso dudas de su buena labor.
Si decides hacer las preguntas de manera presencial, busca un momento que sea relativamente tranquilo y se respetuoso con el tiempo de los productores; no hay que olvidar que muchos de ellos además de administrar su negocio, siembran, cosechan, producen, distribuyen, gestionan las redes sociales y se encargan de atender a sus clientes. Un productor sustentable siempre debería tener una actitud transparente y estar dispuesto a discutir el origen y el proceso detrás de sus productos, pero por nuestro lado es importante tener en cuenta los tiempos del otro también.
Paso 3: Las preguntas
Las preguntas que aquí te entrego son un punto de partida para conocer más detalles sobre los productos que estás comprando. Abarcan aspectos de producción animal y vegetal, y permiten indagar más detalles sobre las buenas prácticas de los productores, pero tú siempre puedes formular tus propias preguntas e ir más allá en aspectos específicos que te interese conocer.
CARNES / LÁCTEOS / HUEVOS
Aquí lo más importante es entender si el animal está criado en libertad, si se le permite expresar su comportamiento natural y si se respeta la alimentación de acuerdo a lo que come su especie.
- Pregunta 1: ¿Puedes contarme sobre el campo donde crías tus animales? ¿Dónde está ubicado? ¿Cuál es el tamaño del campo y el sistema de manejo de los animales (ganadería extensiva, confinamiento, o manejo holístico – regenerativo)?
- Pregunta 2: ¿Me puede decir si los animales son libres o están criados en corrales?
- Pregunta 3: ¿Cuántos animales crían al mismo tiempo y en qué densidad?
- Pregunta 4: ¿Cómo es la alimentación de los cerdos bajo crianza libre?
- Pregunta 5: ¿Cómo es la alimentación de los pollos y gallinas bajo crianza libre?
- Pregunta 6: ¿Cómo es la alimentación de los vacunos bajo crianza libre? (*)
- Pregunta 7: ¿Los animales reciben algún tipo de hormona o antibióticos para acelerar el crecimiento?
- Pregunta 8: ¿A las aves se les corta el pico o las alas? (**)
- Pregunta 9: ¿A los cerdos se les cortan las pezuñas o se les pone un arete en la nariz? (**)
(*) Las vacas son animales rumiantes, lo que significa que su sistema digestivo estomacal está diseñado para comer y digerir pasto. En granjas más intensivas, sus dietas pueden estar fuertemente subsidiadas por granos, que no pueden digerir adecuadamente y esto puede conducir a graves problemas de salud. La situación ideal para una vaca es alimentarse al 100% con pasto durante toda su vida.
(**) El corte del pico y alas en las aves, así como el corte de pezuñas o los aretes de nariz en chanchos, son mecanismos que impiden que dichos animales expresen su comportamiento natural que tiene que ver con escarbar la tierra en el caso de las aves y cerdos, y volar en el caso de las aves.
FRUTAS / VERDURAS
Aquí lo más importante es entender si las frutas y verduras han sido cultivadas con o sin agroquímicos, y qué tan estacionales son los productos. Un campo que se encuentre cerca de donde estás comprando te asegura que los productos se producen en concordancia con la estación del año y no han sido traídos del otro lado del mundo a contra estación.
- Pregunta 1: ¿Dónde se ubica tu campo? ¿Cuál es su tamaño?
- Pregunta 2: ¿Cómo cultivas las frutas y verduras que produces (agricultura tradicional, agroecología, orgánico/biodinámico, etc).
- Pregunta 3: ¿Qué insumos utilizas para fertilizar el suelo y con qué frecuencia lo haces?
- Pregunta 4: ¿Cómo controlas las plagas (agroquímicos o control integrado)?
- Pregunta 5: ¿Cuánta gente trabaja contigo y cómo son tus políticas laborales? (Ideal favorecer a cooperativas y a la pequeña agricultura familiar campesina).
PESCADOS / MARISCOS
Aquí lo más importante es entender si la pesca tiene certificado de extracción legal y si los productos están respetando las vedas de la especie. En Chile aún la trazabilidad en los productos del mar es muy complicada, por lo que ya el hecho de que no sea ilegal es un buen punto de partida.
- Pregunta 1: ¿El pescado o marisco es de criadero acuícola o pesca libre?
- Pregunta 2: ¿Cuál es la veda para el pescado o marisco?
- Pregunta 3: ¿Dónde y cómo fue pescado / recolectado?
- Pregunta 4: ¿Puedes identificar la caleta o el centro de manejo al que pertenece?
- Pregunta 5: ¿Tienes certificados de que esta pesca sea legal?
Si bien este listado de preguntas no es exhaustivo, y hay muchas más según el grado de tecnicismo al que queramos llegar, es un punto de partida para aproximarnos a saber más respecto a lo que estamos comprando. No hay que tenerle miedo a preguntar; todo lo contrario. Hay que atreverse más, ya que en Chile no estamos muy acostumbrados a indagar sobre lo que comemos, pero es una práctica muy necesaria.
Quienes están haciendo las cosas bien, estarán felices de compartir con ustedes todas sus experiencias y serán transparentes con sus conocimientos y aprendizajes. Por otro lado, quienes no quieran mostrar la realidad de su producción también nos entregan un mensaje a tener en cuenta, y como dice el antiguo dicho, quien nada hace, nada esconde.